Curiosa, cuando menos, o por no decir otra cosa, la vara de medir de Supervivientes. El programa sí emitió cómo Romina informaba a sus compañeros de sus intenciones de provocar a Saray para que la agrediera y la echaran, y por el contrario no mostró imagen alguna de cómo esta última llevó a cabo ese ataque que le costó su expulsión inmediata de la isla.
Lo que la gitana había querido desde el domingo, cuando dijo, junto al actor Adrián Rodríguez, que abandonaba voluntariamente el programa para volver a España, lo ha conseguido cuatro días después. Eso sí, ahora sin tener que pagar ni uno sólo de los 10.000 o 20.000 euros de multa que tendría que haber abonado por irse por su cuenta y riesgo, tal y como está estipulado en los contratos de todos los participantes. Y encima cobrando todo lo que se le había prometido. Negocio redondo, por mucho que su imagen quede aún más deteriorada, y con ella la de su etnia, a la que empezarán de nuevo a criticar una vez más su facilidad para abanderar la violencia en cualquier disputa. ¿Estaría pactada, a cambio de este espectáculo, su regreso el lunes?
El caso es que fue el propio Jorge Javier Vázquez el que le comunicó a Saray Montoya, no olvidar la mujer del hombre que iba de copiloto con Farruquito cuando éste atropelló y mató a una persona dándose a la fuga, la decisión de la organización del reality de expulsarla por su encontronazo con Romina Malaspina. Al parecer, porque ya he constatado que no se mostró ni una imagen, después de una serie de provocaciones por parte de Romina, Saray se descontroló y tiró del pelo a su compañera y le dio un pisotón.
La versión de la argentina era muy distinta, ya que, según ella, su compañera le arrastró hasta tres metros tirándole del pelo y le pegó varias patadas. Jorge Javier Vázquez, sin permitir que la audiencia juzgara, y pese a que Fernando confirmó que «yo ví al menos una o dos patadas», se apresuró a desmentir en cuestión de segundos esas palabras: «Eso no es cierto, no continúes por ahí porque me voy a cabrear. Estás mintiendo. La descripción que haces de la agresión no se ajusta a la realidad. Ni hubo arrastro de tres metros, ni existieron las patadas. Es radicalmente mentira». El presentador insistió en que se trató tan solo de un pisotón.
Hay que recordar que cuando Saray abandonó el pasado domingo el programa, para cambiar de opinión 24 horas después, ella misma explicó que lo hacía para evitar «traspasar los límites». Sus palabras fueron tomadas al pie de la letra por Romina, que se las comentó a sus allegados, «Dijo que quería abandonar para no mostrar cómo es… ¿Qué tal si descubrimos a la verdadera Saray?».
Logan, el ‘tarzán’ de Sofía, incluso le animó a ello indicándole a Romina que podía provocar a Saray, y otros le aseguraron que en caso de agresión la echarían, lo que hizo que la argentina buscara directamente el encontronazo físico: «Así la expulsan. Me parece que lo voy a hacer».
Al que no le gustó lo más mínimo esa actitud fue a Jorge Javier, que este jueves le recriminaba a Romina su comportamiento, «me estás decepcionando absolutamente como concursante. Si te propones que te agredan, al final lo consigues. Te has comportado como una concursante nefasta». Por el contrario alabó la actitud de Saray de pedir perdón, «no tengo excusa pero a todos se nos van los nervios alguna vez en la vida. Pido perdón, aunque ya no hay excusa con lo que he hecho, pero he sentido desprecio, racismo y humillaciones». Al parecer todo lo había hecho para defender a su amiga Raquel Mosquera, por no soportar las ‘vejaciones’ que a ésta le hacía la argentina.
El caso es el show continuó y con él el del reality en sí, que desterró a María Lapiedra y llevó hasta la isla a Alejandro Albalá, el otrora novio de Sofía Suescun para anunciar que él iba a ser el primer concursante confirmado de la próxima edición de Supervivientes. Menudos negociadores son todos los personajes relacionados con la familia Rivera.
M. Arroyo