Ella estuvo 39 días en la casa y él 53, de los 88 que duró todo Gran Hermano Revolution, pero aún así tuvieron tiempo para vivir muchas cosas dentro y, sobre todo, de ver aún más. Petra Adrover y Cristian Fernández, que llevan ya tres meses como pareja, recuerdan ahora algunas de ellas y a todo el mundo le dan ganas de vomitar.
Y es que tal y como han contado en la revista Primera Línea lo más duro no es el no ver a la familia o el no comer bien (él, por ejemplo, dice que perdió 8,5 kilos en el tiempo que permaneció en la casa de Guadalix de la Sierra), sino el no poder practicar sexo durante ese tiempo ni incluso masturbarse.
Eso sí, aunque Cristian asegure que «necesitaba mojar, pero estuve dos meses sin tocarme» y Petra jure que «yo no me masturbé», aunque precise que «una noche que estuvimos juntos hubo un calentó entre los dos, no me mojé pero me puse un poco tonta y es cuando dije ‘este chico me pone'», parece que su ejemplo no cundió entre los demás concursantes.
Como recuerda Cristian, «para tocarse ya estaba Maico, que se la pelaba cuatro veces al día en el lavabo, yo estaba famélico, si me la llego a pelar allí dentro me da un ictus». Claro que eso más que una delicia para los compañeros era un incordio porque, como él señala, «cualquiera se ponía en la ducha descalzo». Lo peor para él fue la última semana, «la gente ya no podía más y se desenfrenó, pintaban hasta las paredes con corridas, eso era un verdadero gotelé». Ni imaginarse puede nadie qué pasaría en los 25 días que les quedaron a los finalistas.
En esto le dio la razón la propia Petra, que afirma que «yo por la mañana me encontraba unas corridas que flipabas en la ducha», e incluso desvela uno de los peores momentos que vivió en la casa, «una vez me tocó limpiar el baño y había allí una espuma jugosa de Maico y también hizo una cagada de diarrea en el baño que salpicó de marisco hasta la pared».
Sobre este último incidente indica que «todo el mundo preguntaba ¿quién ha sido? y él iba con el culo escocido callado como una puta». Su actual novio también lo recuerda, «qué ascazo», y hasta puntualiza cómo ocurrió, «se tiró un pedo mal dado y llenó toda la pared de mierda. Lo supimos porque era el único que cagaba a las seis de la mañana».