Se le acumulan los problemas. Después de los físicos que tuvo en la isla de Supervivientes, y de la depresión por estar allí, y de que parece que la han apartado de los platós de Mediaset, al menos de momento, ahora María Lapiedra se enfrenta a una demanda por la que incluso podría ser condenada a prisión.
El ‘chollo’ en el que pareció convertirse su triángulo amoroso con Gustavo González y Mark Hamilton, que le reportó importantes beneficios económicos por ir contando el mismo de plató en plató, parece que se está volviendo ahora en contra de ella, a la que se le está volviendo la suerte en contra.
Ha sido su anterior jefe en el mundo de la pornografía y exmarido, Ramiro Lapiedra, el que se ha querellado contra la colaboradora de Sálvame. El director de cine le ha acusado de un delito de calumnias con publicidad, por el cual, en el peor de los casos, podría enfrentarse a una pena de dos años de cárcel.
La denuncia que ha recibido María Lapiedra se refiere a un suceso ocurrido el 6 de enero de 2018, cuando en el programa Sábado Deluxe ella aseguró haber sufrido violencia de género a manos de su exmarido, afirmando que está denunciado por los delitos de amenazas y coacciones en el ámbito familiar.
Ante esta situación, Ramiro Lapiedra no ha dudado en querellarse contra su exmujer, mediante una acusación difundida por Cotilleo, y en ella se señala que «la querella reafirmó en la intervención debatida la existencia de graves lesiones infringidas en el pasado por el Sr. Lapiedra durante su matrimonio».
En ese sentido, añaden que la afirmación de María Lapiedra, quien dijo haberse sentido «obligada a denunciar al Sr. Lapiedra en esa ocasión y que los hechos denunciados eran ciertos», ha hecho que el acusado reaccionara para desmentir las acusaciones recibidas.
El escrito añade que María Lapiedra llegó a denunciar que «existe una orden de alejamiento todavía vigente entre ella y su exmarido», una injuria, según Ramiro Lapiedra, por la que él ha decidido querellarse contra la colaboradora televisiva. En ese sentido, afirma que no existe ninguna orden de alejamiento y mucho menos un proceso abierto por presunto delito de malos tratos.
M. A.