Aires punk, rabia y oscuridad son algunos de los ingredientes que Alexander Wang puso sobre la pasarela newyorkina. Todo un desafío y una transgresión que abanderó este prodigioso de la moda y que ha sorprendido a propios y extraños.
Como ya pasara en su momento con la transformación de Slimane para Saint Laurent, esta colección ha levantado opiniones muy dispares y mucha controversia. Un look oscuro, que dista mucho del trabajo de Wang en Balenciaga, y que parece ser la liberación del diseñador con todo el peso de su nombre sobre sus hombros. Con un front row que casi cuida más de contar con caras conocidas de la altura de Kim Kardashian (con marido y baby North incluidos) y Nicky Minaj que con grandes nombres de la moda, el diseñador ha puesto las cartas sobre la mesa.
Ataviadas con botas de plataforma interminable, con negro como rey y señor de la pasarela, y con transparencias acompañadas de abrigos de hombros imponentes, las modelos han paseado con actitud agresiva mientras ‘The Prodigy’ ponía la banda sonora a esta peculiar colección.