viernes, noviembre 22, 2024
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La copa menstrual, opción ecológica para quedarse en casa

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Así lo ha explicado en entrevista Alicia Nieto, fundadora del proyecto GlupCup!, que propone generalizar la recogida del flujo menstrual con este tipo de recipientes de silicona médica para eliminar los «plásticos y componentes químicos, contenidos en compresas y tampones».

La copa «evita salir de casa a comprar los productos necesarios para cada ciclo femenino» y ayuda a «conocer el propio cuerpo mientras reflexionamos acerca de nuestro impacto ambiental».

Al tratarse de un material reutilizable, hipoalergénico y libre de tóxicos, con un cuidado y esterilización adecuados «cada mujer podría utilizar durante su edad fértil sólo tres o cuatro copas, frente a los 12.000 tampones y 6.000 compresas» que se calcula emplearía durante este lapso vital.

Para Nieto, esta adaptación ecológica al ciclo menstrual permitiría «despedirnos de los blanqueantes y los tóxicos», además de «evitar posibles infecciones o efectos secundarios» puesto que «algunas mujeres sufren problemas como sequedad vaginal e irritación, generados por los tampones».

Generalizar el uso de la copa, en su opinión, supondría «ahorrar al planeta más de 7.500 kilos de residuos, el equivalente al peso de tres elefantes adultos de los grandes», derivados de la fabricación y empleo de «aplicadores, tampones, compresas, salvaslips, embalaje, protectores o toallitas íntimas».

Otra ventaja, apunta esta emprendedora, es liberar al medioambiente de la futura descomposición de materiales contaminantes que en algunos casos «puede prolongarse hasta los 300 años».

De hecho, la concienciación de las mujeres figura entre los objetivos de esta iniciativa, puesto que «todos hemos visto, paseando por la playa, restos de productos de higiene íntima femenina: compresas flotando en el mar, por ejemplo».

Con el fin de lograr un «cambio de mentalidad que permita una vida más sostenible», GlupCup! incluye charlas y talleres con los que espera «acabar con los tabúes del sangrado y apostar por la sostenibilidad» en una materia que «todavía suscita muchas dudas pese a la información con la que contamos».

El proyecto de Nieto incluye, además del factor ambiental, uno de carácter social porque «por cada copa vendida donamos otra más a una mujer que no puede permitírselo» en colaboración con organizaciones españolas y africanas que «hacen llegar esta opción a mujeres sin recursos que sólo cuentan con un paño mientras tienen el período».

Y es que «si la copa menstrual resulta todavía desconocida para mujeres de Occidente», en el caso de otros puntos del planeta «nunca podría llegar a mujeres sin acceso a medios de comunicación, redes sociales o tiendas ecológicas que puedan suministrarlas, como los herbolarios», ha añadido.

El motivo económico es otro aspecto a tener en cuenta, ya que de acuerdo con sus cálculos el gasto en productos de este tipo teniendo en cuenta que cada mujer tiene un período fértil de entre 30 y 40 años «puede llegar a suponer un gasto de unos 5.000 euros».

GlupCup!, que arrancó el pasado julio a través de una propuesta de micromecenazgo en Internet, aspira a «liberar el entorno de unos 200.000 kilos de residuos en los próximos diez años», según las previsiones de su impulsora. 

Estrella Digital

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