Así lo explica a Efe el concejal de Emergencia Climática y Transición Energética del Ayuntamiento de Valencia, Alejandro Ramón, quien asegura que la nueva administración local se está volcando en «acompañar» a la población para descarbonizar la ciudad y, a la vez, «dejar de depender del gas de Putin».
Valencia tiene capacidad para ser una potencia fotovoltaica, incide Ramón, «porque es una ciudad del Mediterráneo con miles de horas de sol al año», un sol que, a su juicio, no solo debe servir para atraer turismo, sino también para ganar soberanía energética y reverdecer el modelo de producción eléctrica.
«Todavía hay mucha gente que se piensa que poner placas solares no es viable o que aún existe un impuesto al sol», lamenta el concejal, que niega estas premisas y apunta que es, de hecho, «el mejor momento de la historia» para apostar por el autoconsumo fotovoltaico, pues la ciudad cuenta con una nueva línea política de acciones que lo facilitan.
«Tenemos una nueva ordenanza, subvenciones, bonificaciones al Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y al Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) para la instalación de placas solares», enumera Ramón, pero insiste en que los vecinos también tienen que estar concienciados y sumarse a la transición energética ciudadana.
Valencia quiere ser una de las primeras cien ciudades europeas en descarbonizarse para el año 2030, con proyectos como las oficinas de la energía que se han empezado a poner en marcha en la urbe y que ofrecen a los ciudadanos asesoramiento gratuito en la instalación de paneles fotovoltaicos.
Por ejemplo, ofrecen información sobre las subvenciones disponibles o sobre las bonificaciones fiscales existentes y elaboran estudios personalizados de las facturas eléctricas o del gas de las familias, a las que asesoran también sobre cómo reducir su consumo.
Gracias a estos esfuerzos de gestión de la demanda, según Ramón se ha logrado un recorte en la factura de la luz de las familias que asciende a los 230 euros al año -lo que supone un ahorro del 28 % del total- y que llega a los 130 euros al año en el caso del gas, que representan el 38 % de la factura.
«Son cifras que nos avalan y que hacen que este servicio vaya en aumento, que sea cada vez más demandado», recalca Ramón, quien agrega que, por eso, a la oficina ya operativa en el barrio de Ayora se van a añadir dos despachos más en la ciudad de Valencia para llegar así a un mayor número de población.
PANELES EN CEMENTERIOS
Frente a la falta de espacio para generar energía limpia en las ciudades de manera masiva -suficiente para satisfacer la demanda de una población como la de Valencia- Ramón indica que el ayuntamiento ha identificado que en los cementerios urbanos hay «mucha cubierta disponible» que se quiere aprovechar.
Para ello, la administración ha impulsado el proyecto «Requiem In Power (RIP)», con el que planea instalar 7.000 placas solares sobre los nichos de cementerios, «el equivalente a unos tres megavatios y a unos tres millones de euros de inversión», precisa el concejal.
MOVILIDAD DESCARBONIZADA
Para aumentar los desplazamientos urbanos en bicicleta y reducir las emisiones de efecto invernadero que provienen del transporte interurbano, que comportan un 38 % del total, el Ayuntamiento concederá a partir de los próximos meses bonos de 50 euros destinados a apoyar la compra o reparación de estos vehículos.
La campaña, que contará con la colaboración de la Cámara de Comercio de Valencia para gestionar los 5.000 bonos previstos, movilizará 250.000 euros en subvenciones directas para las personas consumidoras, que tendrán que aportar otros 50 euros de su bolsillo para adquirir los códigos QR con los que comprar o reparar sus bicicletas o patinetes en los establecimientos previamente inscritos en el proyecto.
«Hay estadísticas que señalan que Valencia se ha convertido en los últimos años en una de las ciudades donde la bici es una alternativa para mucha gente», puntualiza Ramón.
Sostiene que Valencia, con «una de las mejores redes de carril bici de España», debe fomentar la movilidad con estos medios que no generan emisiones de gases de efecto invernadero. EFE