Mercadona ha decidido cerrar sus líneas de fabricación de pan, con la intención de reforzar la calidad y optimizar los procesos de fabricación. La idea es abandonar la producción de forma progresiva, de forma que también se liberará espacio en los bloques logísticos, aumentando la eficiencia y la productividad. A partir de ahora, por lo tanto, Mercadona va a reforzar su colaboración con proveedores locales especializados en la panadería. El pan era, por cierto la única categoría que fabricaba de forma propia este supermercado.
La decisión llega tras el desmantelamiento de la actividad de la panificadora de Forns Valencians SAU, cuyas instalaciones de Puçol (Valencia) sufrieron un incendio en 2018. Y forma parte de un proyecto piloto iniciado en 2018, en el que se empezó a buscar la colaboración de varios proveedores especialistas. En un principio, asumieron la producción de más de 20 millones de kilos al año de pan: concretamente, pan de leche, pulguitas e integrales. Tras esa prueba, Mercadona ha ido incorporando más proveedores locales, como los encargados de fabricar el pan payés en Cataluña, el pan de millo y matalahúva en Canarias, o el “bocadillo integral” en Andalucía.
La medida no afecta a sus empleados
Actualmente, Mercadona dispone de 20 líneas de pan ubicadas en ocho de sus bloques logísticos, aunque seguirá sustituyendo su producción propia de pan hasta terminar de implantar los nuevos proveedores. Eso sí, la decisión no afectará en ningún caso a los 650 empleados que trabajan actualmente en las líneas de panificación. La idea, de hecho, es reubicarles a medida que se vaya implementando la estrategia.
P. N.