Tras los focos y el telón encontramos a muchas celebridades que están promoviendo toda clase de iniciativas en este ámbito. Leonardo DiCaprio y sus numerosas propuestas ambientales son una buena prueba de ello, y sobre todo de una tendencia que está marcando la gran diferencia para conseguir un planeta en mejor estado: el uso de productos orgánicos.
Productos orgánicos, la clave para un planeta más duradero
Un detergente sin fosfatos, un jabón natural, carnes sin procesar… Todo esto es lo que se puede englobar dentro de los productos orgánicos. No se debe confundir con los productos ecológicos, sostenibles o biológicos. Su principal característica es que rechazan el uso de cualquier producto químico artificial, de cualquier pesticida.
Por ese planteamiento, su producción ya implica un menor impacto ambiental. El uso de químicos genera unos gases que son especialmente dañinos para el medio ambiente, a la vez que vertidos que pueden dejar una imborrable huella en el entorno que rodea a las fábricas. Asimismo, otro punto especialmente favorable de estos productos es que evitan muchos problemas de alergias o intolerancias al usarse.
Son beneficiosos incluso cuando hablamos del cultivo de productos orgánicos. Hay menos erosión en los campos gracias a una mayor rotación del terreno, se garantiza una mayor fertilidad de las tierras y, sobre todo, se evita el riesgo de que productos químicos entren en contacto con manantiales subterráneos, principales surtidores de agua a toda clase de poblaciones.
Es un bucle que se realimenta a sí mismo y cuyo resultado no es más que un enorme beneficio tanto para las personas como para los animales, las plantas y el planeta en sí. En la actualidad, se están implantando numerosos cambios en todos los frentes posibles para conseguir un mejor cuidado del medio ambiente, y los productos orgánicos han sido una de las principales claves en esta nueva etapa que se está construyendo.
No son los únicos, por supuesto. Se está dando un especial énfasis en el desarrollo de electrodomésticos mucho más eficientes, que reduzcan el consumo energético para evitar el impacto que genera gran parte de la industria energética; a su vez, se está apostando más por el uso de energías renovables para abastecer energéticamente a la población. Y a todo esto hay que sumar la masificación de los vehículos eléctricos, el progresivo abandono de los motores de combustión, la reinvención de las plantas industriales, de los comercios, de los servicios…
Todo está avanzando para proteger al planeta, para frenar un calentamiento global que ya es más una realidad que una amenaza. Por suerte, los cambios llegan y están en marcha. Y no tardarán mucho en empezar a dar unos resultados más que positivos.