¿Acaso está una cosa mejor hecha que la otra? En absoluto. Lejos de juzgar, esto no es más que una reflexión surgida a raíz de una conferencia sobre el negocio de la moda en España a la que tuve la oportunidad de asistir hace unos días.
Que la industria de la moda en España en general no está pasando por su mejor momento es algo indudable. Y no me refiero precisamente a los gigantes de la industria; de hecho Inditex acaba de publicar unos resultados con un 5% de crecimiento en el país (con los millones que conlleva ese 5%). Mango también sigue por un camino más que fructífero y Cortefiel está remontando a pesar del bache por el que ha pasado.
Vale. ¿Pero qué pasa con los diseñadores, sobre todo los jóvenes?
¿Qué pasa con los que se pasan horas y horas creando una colección para presentar cada seis meses? Pocos recursos, todas las esperanzas puestas en una pasarela que luego carece de repercusión y por consiguiente… poco o ningún retorno de la inversión.
Moisés Nieto, Juan Vidal, Rabaneda, María Escoté, Carlos Díez…
Me encantaría hacer una encuesta a pie de calle y preguntar por estos nombres, sólo para saber qué porcentaje de la población (pongamos de entre 20 y 50 años) conoce estos nombres. Únicamente conocer, que si la pregunta fuese si han comprado alguna vez una prenda de estos autores, la cosa sería de juzgado de guardia.
Los ‘fashionistas’ patrios nos jactamos de apoyar la moda española sólo porque una vez al mes pasamos por Zara y nos llevamos a casa un vestido de 29,95. Una moda española que como muy cerca, se ha confeccionado en Marruecos con unos materiales que en el mejor de los casos nos aseguran una vida útil de unos ¿diez lavados? Eso tirando por lo alto.
No nos engañemos. Compramos ropa, no moda. Y uso la primera persona del plural porque me incluyo completamente en esta realidad.
Y no es que no nos guste la ropa de autor, seamos sinceros, sus colecciones son una maravilla, con una historia detrás, una inspiración, una confección y un cariño que jamás encontraremos en un top de Zara. Pero lo que nos gusta es cambiar de modelito cada dos por tres y repetir (por dios santo, ¡repetir!) lo menos posible. Y sí, quizás un top de Moisés Nieto (por poner) cueste como cuatro de cualquier tienda de Inditex, pero sin duda durará el cuádruple, sin duda será el cuádruple de especial y sin duda te sentirás cuatro veces mejor vistiéndolo.
Esto, por supuesto, si te gusta la moda.
¿Cuántos blogs hay ahora mismo que tienen la osadía de denominarse ‘de moda’? Desde mi punto de vista, la mayoría lo único que hacen es enseñar outfits sacados de cualquier lookbook de cadena low cost.
Por supuesto, tienen todo el derecho de enseñar sus looks, es innegable que algunas tienen un estilazo y consiguen inspirar a chicas que no cuentan con él o no tienen la suficiente imaginación. Sin embargo, no me parece apropiado que se hable de esas bloggers como abanderadas de la moda ‘made in Spain’ si no es el caso. ¿Cuántas ruegan por una acreditación para Cibeles sin conocer el nombre de la mitad de los diseñadores que muestran sus trabajos? Sólo por el gusto de pasear por el Cibelespacio, conseguir las revistas que regalan (del mes anterior, por supuesto) y hacerse dos fotos con la pasarela de fondo.
Seamos serios: Hay talento, trabajo y proyección escondidos en muchos talleres de España ahora mismo con la ilusión puesta en su siguiente colección. Y con un pie fuera, que ahora mismo la fuga de cerebros está al orden del día en este país y por desgracia la moda no es una excepción. París, Nueva York, incluso Japón se convierten en refugios donde estos creadores ven su trabajo reconocido y recompensado.
Yo este verano pienso prescindir de cuatro tops de poliéster de Zara para apostar por una pieza de moda española. Y tú, ¿vas a comprar ropa o vas a comprar moda?