Es normal que en ocasiones te puedas sentir abrumada por las cosas del día a día: el trabajo, las responsabilidades, los niños… pero si además cuando llegas a tu templo de la moda o, también conocido como tu armario, es un completo desastre, te amarga más el día.
Esto pasa porque, por lo general, solemos estar tan ocupadas que no estamos pendientes de si nos hemos puesto lo último que nos compramos el año pasado o si hay algo que debamos tirar. En otras palabras, en vez de armario tenemos un basurero donde a medida que vamos comprando y comprando apenas tiramos, y no debería ser así. Deberíamos tener una organización mucho más eficiente donde la típica frase de «no tengo nada que ponerme», quede en el olvido. Donde tengamos un armario organizado solo con las prendas que realmente utilizamos pero sin caer en «tengo muy poca ropa».
Por ello, en este artículo te enseñaremos una guía básica y sencilla de cómo tener el armario perfecto y vestir impecable toda la temporada.
Claves para el armario eficiente e ideal
1. Lava tus prendas a menudo
Sí, lo sabemos, puede resultar algo obvio, pero no mientas, que por lo general si estás hasta arriba de trabajo y estrés y tu camiseta, esa que te has puesto solo dos veces, no te parece que esté sucia, no la lavas.
Y no es nada malo, solemos hacerlo todos, pero cuando no lavamos nuestras prendas a menudo, al final acaban estropeándose, cogiendo bolitas, quedándose con la forma de la percha… y nos deja de gustar. Llegando con ello al inevitable «usar y tirar».
Así que, para el primer consejo de estas claves para vestir de forma eficiente y tener un armario perfecto, es alargar la vida de nuestras prendas lavándolas de forma correcta. Para ello, es esencial no hacerlo a temperaturas muy altas, unos 30 gratos está bien. También, separando la ropa de color de la blanca y los tejidos más delicados de los tipo jerseis, por ejemplo.
De esta forma, los olores, el uso diario y el ajetreo no perjudicarán nuestra prenda favorita y la veremos siempre como nueva. (Pero tampoco hay que pasarse con el lavado. ¡No hace falta que lo hagas todos los días!
2. Menos es igual a más
Uno de los errores más comunes que solemos cometer es creer que debemos tener mucha ropa, aunque no nos la pongamos toda, pero «¿mejor comprarnos más por si acaso no?». Y es que el dicho «mejor que sobre a que falte» ha hecho más daño del que crees.
Por ello, las expertas en moda y las que realmente entienden de este mundo y este sistema nos recomiendan comprarnos sobre todo prendas básicas como una blazer, unos pantalones tobilleros, un chubasquero, una rebeca, un jersey, una sudadera, un cuello alto… es decir, los básicos atemporales de toda la vida con los que puedes combinar casi cualquier cosa.
De hecho, si en alguna ocasión crees que te vas a poner mucho por ejemplo, una camiseta, y está bien de precio, solo en este caso no estaría mal comprarse una de cada color. Así, mientras lavas una te pones la otra sabiendo que realmente las estás utilizando todas y no se acaban convirtiendo en ese montón de ropa de la silla que parece una persona esperando a que te duermas para darte pesadillas.
3. Los accesorios, nuestros mejores amigos
Obviamente no solo estamos hablando de unos buenos pendientes o unas pulseras a juego con nuestro conjunto (que también), sino que, a la hora de complementar nuestro total look no puede ir perfecto si no le añadimos un bolso o mochilita que le de el toque ideal a esa esencia que tanto faltaba.
Y es que, muchas veces tenemos las prendas perfectas en nuestro armario pero no sabemos exactamente qué le falta, por ello, cuando nos miramos al espejo quizá digamos «jope, pero si en mi mente me quedaba mejor», y no es que te quede mal, sino que muchas veces no solemos combinarlo bien y no queda tal y como esperábamos.
Ejemplo muy sencillo: si te pones un abrigo largo y llevas tus cosas en un bolso tote XL, no quedará igual de bien combinado que si llevas un pequeño bolso midi del suficiente tamaño para que metas las llaves y el móvil. Te lo pones cruzado et voilà! Tu outfit que creías que no te gustaba (y por eso quizá ibas a comprarte un nuevo abrigo) ahora ha pasado a ser una de tus prendas favoritas, y todo gracias a un buen complemento y saber conjuntarlo.
4. Graba a fuego la frase «armario cápsula»
¿No sabes lo que es? Quizá te suene de algo pero no demasiado como para saber a ciencia cierta de lo que estamos hablando, ¿cierto?
Un armario cápsula se basa en tener aquellas prendas básicas, sencillas y versátiles con las que combinar varios looks. De esta forma, si intentamos tener este tipo de armario, cuando «no sepamos qué ponernos» siempre podremos recurrir a nuestra sección cápsula y ponernos cualquier combinación de ahí.
Por ejemplo, guardar unos pitillos, un par de camisas de botones y dos blazers. Este tipo de conjuntos son perfectos para evitar que te compres más ropa de la que tienes y estar siempre estupenda de muchas formas (pero utilizando las mismas prendas).
5. Olvídate de «las últimas tendencias»
Sí, está muy bien ir a la moda y querer llevar siempre puesto lo último que nos recomiendan las pasarelas o las influencers. Nunca está de más tener algunas de esas prendas con las que nos sentimos encantadas y «a la última», pero no por ello significa que toda tu ropa está pasada o anticuada.
Es un error muy común el pensar que porque sea de hace varias temporadas (e incluso años) las prendas de nuestro armario deben tirarse, donarse o regalar a amigas (las cuales te lo agradecerán). Y es que ese es un gran fallo por el que tenemos nuestro armario con ropa que no nos gusta, no es de nuestro agrado o lleva siglos escondida.
Por ello, olvídate de ir a la moda o llevar las ultimas prendas en tendencia. Sal a la calle con lo que te guste y te sientas más cómoda y de vez en cuando, para las ocasiones que tú consideres especiales, entonces sí, ponte lo último, lo caro, lo de la tele, lo que llevan las influencers… pero que eso no ocupe el 90% de tu armario, sino más bien el 20%.
6. Encuentra tu estilo
Quizá esta sea la clave más importante de todas: encontrar nuestro estilo propio con el que nos sintamos guapas, cómodas, a gusto, perfectas.
Encontrar el estilo que mejor nos venga no es nada fácil, de hecho, este es uno de los motivos por los cuales compramos y compramos sin darnos cuenta que aun así, no nos gusta nuestra ropa. Y es que, como verás, quizá el problema no esté en nosotras, sino en nuestro estilo.
Muchas veces creemos que porque nuestra mejor amiga o una de las famosas que seguimos en las redes lleve unos vaqueros con una sudadera y la veamos ideal, también nos quedará genial a nosotras, y no. No tiene nada que ver. Cada una es como es, independientemente de nuestros gustos, si no nos queda bien una prenda, no nos queda bien.
Por ello, debemos pedir consejo a estilistas profesionales o leer mucho sobre estilos en base a nuestra figura, tono de piel y talla, ya que no nos quedará igual en nuestra mente que puesto y así podremos encontrar nuestro mejor estilo.
De esta forma evitaremos tirar prendas que no nos quedan bien y comprar de forma innecesaria. Cuando demos con lo que realmente va con nosotras, comenzaremos a ver nuestro armario como nuestro mejor amigo, aquel que solo nos aportará ayuda y bonitas palabras (en forma de ropa).
La importancia de estas claves en tu armario
Como bien hemos comentado al principio el truco para tener el armario perfecto y vestir impecable toda la temporada es muy sencillo, solo tienes que seguir estas claves. Y es que, son más importantes de lo que crees.
No solo te ayudarán a gastarte menos y comprarte la ropa de manera eficiente y consciente, eligiendo solo las prendas que realmente vayan contigo y te vayas a poner, sino que tener estas claves en mente nos ayudará a sentirnos mejor con nosotras mismas, a llevar puesto lo que realmente amamos y con lo que nos sentimos seguras y hermosas.
Evitaremos pensar que no nos queda bien, que deberíamos comprarnos otra cosa pero claro, eso implicaría gastarnos más y nos llevaría al problema económico. Y es que es muy sencillo, solo hace falta paciencia, una buena tarde mirando a fondo tu armario y eligiendo lo que realmente te quede bien, ¡y listo!