Estos datos se han conocido este martes durante la celebración de la III Jornada de concienciación y sensibilización contra el maltrato a las personas mayores, coincidiendo con la conmemoración hoy del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y los Maltratos a las Personas Mayores.
Organizada por el Movimiento para Parar el Maltrato a las Personas Mayores, al que están adheridas unas 80 entidades de toda Cataluña, la jornada ha contado con la participación de la nueva consellera de Derechos Sociales de la Generalitat, Violant Cervera; del concejal de Infancia, Juventud, Personas mayores y Personas con discapacidad del ayuntamiento de Barcelona, Joan Ramon Riera; y la jefa del gabinete de Seguridad de la conselleria de Interior, Alicia de Peray.
También ha intervenido la coordinadora del Área de Igualdad y Sostenibilidad Social de la Diputación de Barcelona, Teresa Llorens, que ha facilitado los datos sobre los maltratos detectados a 532 personas mayores en la provincia de Barcelona, entre los meses de enero y mayo de este mismo año.
En total, los responsables del seguimiento del servicio de teleasistencia habrían detectado 859 posibles casos, de los que se han acabado de confirmar 532, según los últimos datos de la Diputación barcelonesa.
La coordinadora de políticas sobre derechos humanos e igualdad, AGE Platform Europa, Nena Georgantzi, ha indicado en su intervención que la relación entre edadismo y maltrato es evidente y que, según sus datos, uno de cada tres homicidios de personas mayores en el mundo son resultado de los malos tratos.
«El edadismo -ha explicado- hace que las desigualdades contra las personas mayores parezcan naturales o inevitables».
Sólo el hecho de que los cuidadores tengan poco tiempo para atender a las personas mayores o los familiares deban compaginar el cuidado con sus trabajos, sin apoyo, ya puede suponer situaciones de maltrato, ha alertado.
Atar a las personas mayores, colocarlas en sillas de las que no puedan levantarse, usar un lenguaje degradante al dirigirse a ellas, limitar su autonomía y no dejar que tomen decisiones son otras situaciones de maltrato, ha relatado Georgantzi.
Esta experta ha añadido que sólo uno de cada 24 casos de maltrato son denunciados en el mundo, si bien los datos no son completos porque este tema es muy complejo, y algunos trabajadores sociales que atienden a mayores son menos dados a denunciarlos frente a los detectados en personas más jóvenes o niños, «lo que contribuye a la invisibilidad de la situación».
Incluso los tratados internacionales y mucha de la normativa existente relativa a los ancianos tiende a calificarlos de ‘frágiles’ o ‘dependientes’ o se incluyen frases como ‘todo el tiempo posible’ referidas a las personas mayores, una forma de edadismo que «actúa como un prejuicio», ha apuntado.
En la jornada han participado también los periodistas y actores Jordi Évole, Gemma Nierga, Mariona Bassa, Samanta Villar, Agnès Marquès, Josep Maria Pou y Jordi Díaz, que han narrado, cada uno, la historia de una persona mayor víctima de diversos tipos de maltrato, incluida la estafa económica por parte de personas que se han aprovechado de la edad de los ancianos.
El presidente de EIMA, Asociación para la investigación del maltrato a las personas mayores, ha reclamado, por su parte, que se cree el Defensor del Pueblo de las personas mayores, un marco legislativo específico y que se agilicen los procedimientos judiciales que les afecten.
A su juicio, faltan recursos y servicios, que muchas veces cubren las entidades sociales, se deben mejorar los circuitos de coordinación públicos y privados, y «transformar la mirada que hay sobre la vejez para hacer frente al edadismo». EFE.
M.M.